Gobierno de Sheinbaum Refuta Reportaje de The New York Times sobre Producción de Fentanilo en Cocina Doméstica

Recientemente, un reportaje publicado por The New York Times (NYT) a finales de 2024, titulado "Así es un laboratorio de fentanilo del Cártel de Sinaloa", ha generado controversia en México. El artículo, firmado por las periodistas Natalie Kitroeff y Paulina Villegas, mostraba imágenes y videos de un supuesto laboratorio clandestino de fentanilo ubicado en una casa en Culiacán, Sinaloa. Sin embargo, el gobierno de la Ciudad de México y expertos en el tema han cuestionado la veracidad de la información presentada y han señalado diversas irregularidades en el reportaje.

Producción de Fentanilo en Cocina Doméstica: Una Práctica Peligrosa e Irreal

Uno de los puntos más controversiales del reportaje es la afirmación de que se estaría produciendo fentanilo en una cocina doméstica de un hogar en Culiacán. En el video mostrado, dos hombres presuntos miembros del Cártel de Sinaloa manipulan sustancias químicas usando una estufa común, ollas de cocina y otros utensilios, todo dentro de un espacio reducido y con medidas de seguridad mínimas.

Alejandro Svarch Pérez, director general del IMSS Bienestar, explicó en una conferencia de prensa que esta escena es prácticamente inviable debido a la peligrosidad del fentanilo, un opioide extremadamente tóxico. El especialista aclaró que la dosis letal de fentanilo es tan pequeña como 0.2 miligramos, lo que equivale a apenas tres o cuatro granos de sal. Debido a esta altísima toxicidad, cualquier persona expuesta a la sustancia sin la debida protección corre el riesgo de sufrir intoxicación fatal.

Irregularidades en la Protección de los "Cocinero" del Fentanilo

Otro punto señalado por Svarch Pérez es la falta de protección adecuada de las personas que, según el reportaje, elaboraban el fentanilo en la cocina. Mientras que las periodistas que cubrían la historia usaban trajes de protección tipo hazmat y máscaras de gas, los cocineros en el video solo portaban cubrebocas quirúrgicos. Svarch Pérez argumentó que, de ser fentanilo lo que estaban manipulando, los cocineros habrían caído gravemente intoxicados o incluso muertos en cuestión de segundos debido a la exposición directa a los vapores de la sustancia.

"Si realmente estuvieran produciendo fentanilo en esas condiciones, uno de los cocineros habría caído fulminado en 30 segundos", aseguró el director del IMSS Bienestar.

Desmentido de la "Tolerancia Letal" al Fentanilo

El reportaje también menciona que los cocineros del Cártel de Sinaloa supuestamente tienen "tolerancia" a los efectos letales del fentanilo. Las periodistas escribieron que, aunque ellas usaban equipo de protección especializado, los trabajadores en el laboratorio solo usaban cubrebocas quirúrgicos, ya que, según se les explicó, ellos tenían una tolerancia a la droga.

Sin embargo, tanto Svarch Pérez como la presidenta Claudia Sheinbaum refutaron esta afirmación. Svarch Pérez aclaró que no existe evidencia científica que respalde la idea de que las personas puedan desarrollar una tolerancia a los efectos mortales del fentanilo. Además, Sheinbaum añadió que si realmente existiera esa tolerancia, no habría tantas muertes por fentanilo, especialmente en Estados Unidos, donde el opioide ha causado una crisis sanitaria.

Falta de Información sobre los Precursores del Fentanilo

Otro detalle preocupante en el reportaje fue la falta de información sobre los productos químicos esenciales en la fabricación del fentanilo. A pesar de que en las imágenes y videos del reportaje se mencionan dos sustancias químicas (hidróxido de sodio y acetona), no se hace mención a los precursores más importantes para la síntesis del fentanilo, como el 4-ANPP, la anilina y el cloruro de propionilo. Estos son compuestos que, en realidad, son mucho más relevantes para la producción del opioide y que, por lo tanto, deberían haber sido mencionados si el reportaje realmente buscaba mostrar un laboratorio real de fentanilo.

La Falsedad de las Condiciones del Espacio para la Producción

La ubicación del supuesto laboratorio también ha sido cuestionada. Según The New York Times, el laboratorio estaba ubicado en el centro de Culiacán, una zona con alto tránsito de personas y vehículos, lo que resulta extremadamente raro para una operación clandestina de este tipo. Svarch Pérez destacó que, en un proceso de fabricación tan peligroso como la del fentanilo, se requerirían medidas estrictas de seguridad, lo que haría casi imposible que un laboratorio clandestino de esta naturaleza estuviera en una zona tan concurrida.